miércoles, 8 de agosto de 2012

la anti-fiesta que no sentía nada (o la fiestera que guardaba silencio)

A ver, cómo empiezo...

¿cuándo entenderá la gente que me causa supuración de huevos tener que contar detalladamente algún evento al que asistí?
Y no, no vieja, no es que "no siento nada", "no me asombra nada" ni "soy una conchuda"... - bueno, esa parte es un poquito verdad- simplemente no tengo ganas de dar muchas vueltas a algo que es simple. Si vas a una fiesta, no sé, comés (o no), tomás (¿o no?), fumás (¿o no?), bailás, cantás, tocás algún instrumento (por lo menos a las fiestas que voy yo, son así), apretás con alguna chica o algún chico, no sé, te tirás a la pileta, rompés las bolas, abrazás a tus amigos diciendoles algo así como: shhhhooo a vosssssssh te quieroo mucho, sabésssss loco? vosssh sosssss mi amiigggo del almaaa! (bueno, qué tenía, serios problemas al hablar). Uno no hace más que esas cosas, calculo, PONELE... si hay algún detalle mayor, lo contás, y sino, no contás una mierda, porque justamente: no pasó ni mierda en la fiesta.
No es que yo sea una conchuda, frígida, aburrida, anti-fiesta, anti-todo... es el simple hecho de que... ¡¿para qué te voy a pintar todo de colores, si no fui más que a UNA PUTA FIESTA?!
(Ésto es un simple ejemplo)
Si yo tengo algo importante que contar, LO VOY A DECIR!!!!!!!!

Y bué, eso quería decir nada más... me rompe las bolas contar detalladamente las cosas que hago. Y NO!!! no es que no siento nadaaaa!!!! es que soy... si, tenés razón, soy una conchuda que le da paja contar las cosas. Fin del asunto.

Quiero mandarle un saludo a Agus, que le encanta que le mande saluditos...
ah, y a mi perro imaginario Firulais.

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