lunes, 10 de octubre de 2011

Esta noche nos vuelve a besar, dando vueltas con Beto, buscamos y vencimos... o, bueno, "encontramos"

Hola, estoy en un estado de coma frutal(?)

Escuchando un poco de Invisible, de Pescado... algo de Once tiros, algo de Cuatro pesos de propina, alguín de Divididos (yo me pregunto... ¿qué tienen que ver todas estas bandas entre sí?)... dah, it doesn't matter.

Hace un rato tuve una micro siesta, en la cual aluciné con vagar en un desierto...
Ponele, el desierto del Sahara., o alguno de esos desiertos secos, desertosos, cochinos (o no cochinos) de Egipto (y todos esos lugares donde hay desiertos). No esperen que sepa mucho de zonas desertosas y eso, yo sólo asocio desierto-Egipto, por las películas, porque sino... tengan en cuenta que hace como tres años que me llevo Geografía, así que, sepan comprender... No quiero aprender de eso, me chupa el tercer hilo con que fue creada la media derecha que tengo puesta.
En fin, decía... yo, vagaba por el desierto, ABURRIDA -como siempre- y, no sé... Empezaba a cruzarme con personajes un tanto particulares... Me cruzaba con un hombre de pelo enrulado, canoso, con unos graciosos anteojos redonditos y unos ojitos achinados que hacían creer que, era un hombre muy, muy feliz, había chupado limón o se había fumado un re cañón. (Y ESO RIMA, MIS QUERIDOS). Este hombre, que sostenía una pipa en su boca -al mejor estilo Popeye, el marino- se llamaba "Capitán Beto",,, (AJÁ, ahora entienden porqué nombré antes de empezar a contarles, las bandas que había estado escuchando).
A todo esto, he de acotar, que el desierto se pintaba cual cuadro de Dalí, con cosas totalmente surreales. Y se ve que como sonaba "Durazno sangrando" en el reproductor, yo comencé a delirar con que en ESE desierto había un durazno gigante, que comenzaba a llorar, y lloraba en rojo -en sangre, por si no entendieron- y yo me ponía triste... PERO, de repente, estaba en... no sé, un barquito, una balsa, no sé qué era, junto con el Capitán Beto, que canturreaba canciones sin sentido y llevaba el mando del bote, dirigiéndonos a quién sabe dónde.
Ya hecha y derecha la noche -y sonando muy de fondo "Elementales leches"- comencé a ver a lo lejos, esa imagen un tanto perturbadora (que ya una vez la conté), en la cual, hay jóvenes uniformados -de colegio, claro- dentro de un aula, haciendo quilombo, gritando, empujándose y entre tanto... ¡ARROJÁNDOSE LECHE UNOS A OTROS! ¡LECHE! (todavía no entiendo esa imagen, llamen a Freud, así tiene muerte cerebral, porque con las cosas que tengo en la cabeza...) en ese momento... me quedé totalmente anonadada... observando con detenimiento, cómo esos chicos y chicas, sin pena y sin resguardos, se tiraban leche directo en sus caras... ¡y riendo! En cierto punto, era genial... y en otro, no comprendía el porqué de eso... pero me había quedado en el molde y bastante tranqui, porque el Capitán Beto, me había visto la cara de idiota colgada que tenía, y sonriendo y calmo me había dicho: "Tranquila, sólo están jugando... tenemos que seguir".
A todo esto, pasó el tema, y ahora sonaba "Los libros de la buena memoria"... pero, en ese momento me desperté... miré un poco fb, y al toque fallecí. Para mi sorpresa, estábamos (junto con Beto) en una casa grande, grande... blanca y salmón, la cual tenía un cartel con el nombre en la entrada, pero en este momento no recuerdo qué carajos decía. Todo era muy tranquilo, muy silencioso, y un tanto lúgubre... pero yo seguía sonriendo. Beto y yo nos adentramos en esa majestuosa casa -sí, era majestuosa- y comenzamos a llamar a alguien... a un tal "Luisito". No sé porqué buscábamos a Luisito, pero la onda es que nos pasamos como ochenta años ahí adentro, buscando a "Luisito" (y ya sonaba de fondo "Nene de antes" de Divididos)...
Para mi sorpresa, llegamos a un cuarto, y allí descubrí que "Luisito" era, nada más y nada menos, que el señor Luis Alberto Spinetta -pero de adolescente- y yo me quedé... no sé, helada, boquiabierta, drogada, asesinada. Moría, les juro que moría. Pero, ¡ESPEREN! ¡AÚN HAY MÁS! No sólo encontramos a Luisito Spinetta de adolescente, sino que venía en paquete doble -a lo "combo"- y venía con un Luisito, un tanto más jovencito... era Luisito Spinetta, de diez añitos. Y yo moría de la ternura...
Terminó de sonar "Nene de antes en el reproductor, para que empezara "Ay, qué dios boludo"... y yo...
Medio que me desperté... y pensé... FUCK, qué sueño más loco... y justo:
"ENTONCES ENGORDÉ DE IDEAS Y AHORA HAGO AYUNO DE BOCHO... ENCIMA ME ENAMORÉ, Y ENGORDÓ MI CORAZÓN TAMBIÉN"... Sí, Mollo es un romántico, y yo también...
PONELE (para vos, amiga, jajaja)

1 comentario:

Trastorno. dijo...

PONELE que te hago el amor, te amo cafe ;)